1 de abril de 2008

Otra noche sin beber

Estaban inquietas, algo las acechaba desde la oscuridad. Aunque parezca increíble, su cuello es demasiado corto y necesitan abrir mucho sus patas delanteras para poder llegar al agua y beber, una posición que las hace extremadamente vulnerables. Después de varias horas las jirafas decidieron alejarse, sin ni siquiera intentarlo.
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