Lo peor de sentirte traicionado viene cuando, después de desmoronarte, sientes que te rehaces en una persona peor de lo que eras antes: más desconfiada, más distante, más dura... Por eso la sensación de fracaso es doble: por la persona perdida y por tu propio desmedro.
4 comentarios:
Brillante reflexión. La suscribo en su integridad y subo 5.
Gracias por la empatía. Y siguiendo con la reflexión: creo los golpes que te da la vida son una oportunidad de crecimiento, pero los que te dan las personas no (o al menos yo no he sabido).
Sin embargo yo creo que siempre hay que dar una última oportunidad a las personas que queremos. Todos tenemos nuestras miserias y claroscuros, todos podemos fallar. A veces perdonar sí hace crecer, y es liberador...
Sí, la verdad es que no sé poner la otra mejilla y quizás ya va siendo hora de aprender.
Publicar un comentario